Julio Manuel Coronado Solano tenía 31 años de edad y desde los 18 se sumergió en el mundo de la calle y las drogas.

Su familia, en reiteradas ocasiones, lo ayudó para que se rehabilitara. Estuvo en centros de rehabilitación y allí tuvo buen comportamiento, pero una vez volvió a la calle recayó en ese mundo de la droga.

Julio residía con su familia en el barrio Santa Elena de Barranquilla, pero pasó a vivir en la calle y andaba mucho por los lados de la zona cachacal, en San Roque.

"Él siempre nos decía que nos fuéramos preparando porque de un momento a otro lo iban a matar. Usted sabe que la gente habitante de la calle cuando consume droga se enfrenta entre ellos y no se conocen. Siempre nos decía que algún día lo iban a matar", contó Diana Coronado, tía de la víctima.

Eso que decía Julio terminó haciéndose realidad ayer en la mañana cuando el hombre fue atacado a bala por dos desconocidos en moto en momento en que se encontraba sentado en la carrera 36, entre calles 41 y 42, en el barrio San Roque.

"Él trató de correr, pero le dieron un tiro en la espalda y otro en la cabeza. El hombre realizó cinco disparos, pero solo dos lo impactaron", contó la tía.

La familia fue avisada de este desafortunado suceso porque cerca un vecino tiene un negocio de venta y compra de chatarra y como lo conocía avisó.

"Nos llamó a decirnos que a Julio lo habían matado", contó la tía.

El familia recordó que hace cuatro años su sobrino fue apuñalado también en San Roque en medio de una riña con otro habitante de calle y estuvo hospitalizado. Sin embargo, logró recuperarse.

En esta ocasión, el hombre no pudo salvarse. Quedó muerto en el mismo lugar donde fue baleado.

Julio Manuel era barranquillero y no dejó hijos.